José Luis Alcaine en el Festival de Málaga.
"Tuve la suerte de llegar en el momento en que se pasaba del blanco y negro al color. Era un cambio muy fuerte y una nueva generación podía entrar". Así comenzó Alcaine un repaso sentimental desde los tiempos en los que estaba estudiando hasta el rodaje de 'La piel que habito', su última colaboración con Pedro Almodovar.
De esta manera, el director de fotografía ha contado en rueda de prensa cómo tuvo que repetir el último curso en su búsqueda de "otra forma de iluminar" enfrentándose a los profesores "que venían del blanco y negro'. Sin embargo, esto no le desanimó y comenzó a innovar en los rodajes haciendo rebotar la luz en paraguas, lo que permitía tener "una luz suave, y al mismo tiempo con sombras profundas".
Sin embargo los paraguas no siempre convencieron en los rodajes y remitió a su anécdota con Sarah Miles quien no se fiaba de su labor y consiguió por contrato cambiar al director de fotografía si no le gustaba el resultado. "En la proyección de las pruebas se sentó detrás de mí, y al acabar, me dijo: 'Me ha puesto una luz que no me merezco. Muchas gracias", confesó Alcaine.
Interrogado acerca de su último trabajo con Almodóvar en 'La piel que habito', sólo ha apuntado que le parece "una película excepcional, de las mejores de Pedro" y con "cosas nuevas" en su terreno porque, mientras en las anteriores "se buscaban los colores en las paredes, ésta es casi toda con paredes blancas, y son más difíciles para la iluminación".
Director de la fotografía en películas inolvidables del cine español como 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' o 'Belle Époque', Alcaine afirmó que "se aprende más de las películas malas", ya que son esas experiencias en las que te das cuenta de los errores en los que hay que evitar caer
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